De esta forma, se favorece el aprendizaje de nuevas metodologías y las oportunidades de crecimiento. Un ejemplo significativo es el desarrollo de bajo código, que acelera el proceso de creación de aplicaciones. Al reducir barreras de entrada para el desarrollo de software, se facilita la participación de una gama mas amplia de profesionales, incluidos aquellos sin formación técnica. Ampliando la base de talento en el sector de la tecnología y contribuyendo a la generación de empleo diversificado, así como la re capacitación de la fuerza laboral.
El desarrollo de bajo código permite una entrega mas rápida de soluciones tecnológicas, lo que impulsa la eficiencia operativa y la innovación en las empresas. Este aumento de productividad puede traducirse en crecimiento económico sostenible, ya que las organizaciones pueden responder mas ágilmente a las demandas del mercado y mejorar su competitividad.
En el contexto del trabajo decente, el desarrollo de bajo código también puede promover un equilibrio entre la vida laboral y personal al optimizar los procesos, reduciendo el tiempo dedicado a tareas repetitivas de las áreas y permitiendo a los profesionales enfocarse en actividades mas estratégicas y significativas.